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  • Foto del escritor: Todo Rojo
    Todo Rojo
  • 10 ene 2023
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 7 jul 2023

No se puede olvidar el olor a sangre que sale de un corazón que acaba de romperse.


Desde la ventana podía ver el único árbol de la cuadra que casualmente, creo, estaba plantado en la puerta de mi edificio.


Aunque desde hace años viva en una ciudad , todavía tengo la sensación de estar rodeada de árboles cada vez que cierro los ojos y cada vez que sueño puedo verme entre pinos, comer mandarinas y granadas de mis propios árboles, no saber si los mitos sobre el diablo y la higuera que daba a los pies de mi cama tenían algo de cierto y oler el eucalipto que un poco me hacía acordar a noches sin dormir, de no poder respirar, no por elección. Puede ser emocional dijo un médico. Yo tenía 10 años y un montón de disonancias con el universo.

Dejo de pensar en esas cosas y vuelvo a mi corazón roto, sangrante, todavía caliente antes de petrificarse quizás para siempre.


Miro tu foto, una que guardo desde hace un tiempo, que nos sacamos juntos, tenías lentes de sol, ahi no se veían tus ojos pero yo ya me los sabía de memoria entonces se aparecen ante mi con un letalidad de veneno dulce.

En mi cintura el sentido de tus manos que tantas veces me tomaron y fueron acariciandome entera. En mi boca el fantasma de tus besos


Basta! me digo

Y pido callar a mi corazón por un rato.


Pero de nuevo no puedo dormir. Puede ser emocional me repito.

Doy vueltas en mi cama

El olor a sangre de mi corazón puede atraer bestias de todo tipo.

Por empezar, despierta a mi otro yo, que guarda memorias de todo tipo y me las trae cada noche de insomnio, volviendome una tormenta.


Nueve, diez, once, doce, veintidos



Por que seguis acá ? me pregunta.

Mi otro yo sabe todo de mi, claro. Pero yo no de el. Hay partes que esconde y supongo que me revelará la noche de mi muerte.

Estoy casi segura. Por eso cuando aparece nunca se si ese momento llegó.

Si es la ultima noche en mi cama, si es el último sueño en mi almohada.

Se parece bastante a mi,

cualquier otro diría que somos idénticas pero yo puedo ver claras diferencias que solo nosotras sabemos.


Me guía hasta el espejo, extrañamente ella también se refleja y por un instante somos cuatro iguales

De la mano lo atravesamos.

Al cruzar del otro lado sigue siendo de noche pero ya no es ciudad ni mi casa ni mi cama ni mi almohada y estoy sola en lo que parece un bosque bastante vacío con una calle o ruta al costado.


Todo oscuro alrededor. Podía escuchar el crujido de cortezas y hojas y el coro de  insectos.


Las flechas que marcaste


Las flechas que disparé y no pudimos esquivar


Lo que rompiste


La mirada vacía


Las palabras vacías


Miro la luna y deseo poder volverme otra bestia, libre, de garras violentas y mayor instinto de autopreservación que yo ahora.


Miro la luna, afilo la mirada y puedo ver los relieves en su superficie o eso creo.


También creo que puedo oler el agua y agarrar el viento con mis manos.



Cómo un destello aparece tu nombre del que ya me tengo que olvidar.


Tu nombre me revoluciona el pensamiento, pero no soporto ese peso y lo escupo para ver si sale de mi  y deja espacio a otros nombres. Pero te gusta mi savia, como todos mis fluidos  y no querés irte, mas bien te empapas de ella y lo tomas como una invitación a quedarte.


Si el corazón es un órgano vital, ¿cómo se sigue respirando una vez destrozado?


 

Nueve, nueve, veintidos

 


Soy una ausencia constante mientras mi cuerpo está aca, soy un espacio vacío y ya no lucho contra eso.


No se qué tan hondo cavará mi muerte.


Hay una parte tuya dentro mío


Hay una parte mía adentro tuyo



Donde está la hondura?


Está cayendo por el pozo que cavé para huir cada vez que el huracán me golpea?


Está en el cielo, secreto de lo luminoso?


La hondura es la luz?


Acaso en la luz está la hondura?


Mi nombre siempre lo supo.


Diez, once, once, tres.


Yo agarrándome de la tierra humeda que se desgrana ante mi caída cuando quizás debo extender mis manos al paisaje que hay afuera? A la rama más alta de árbol?




De nuevo la misma presión en la cabeza de siempre


Como no me va a doler si está debajo de una enredadera , de una maraña de flores de colores saturados que no son de este mundo?


A veces quiero arrancar todos los petalos.


Quiero  cortar este tallo que no me deja ver las cosas como son pero si como las escribo.


Tirar de él hasta estrangular este cuerpo.


Algo tan hermoso sacándome el deseo y hasta la respiración.


Mi memoria miente, mis flores me están matando. Salen por mi boca y mis oídos hasta asfixiarme.


Fuera de mi casa sueño con ella, con la casa de ahora, el departamento en medio de la ciudad que me refugia hace años.

Los blisters de pastillas como cadáveres consumidos. Una torre de esos esqueletos a un costado de mi cama. Lo único que creí que podía salvarme de mis pensamientos.



Once, veintidos




Naci de noche y cada noche soy las palabras que no puedo decir.


 


Visualizo una luz violeta  que baja por mi corona y me atraviesa mientras me brota desde abajo, por mis pies, una luz roja. Puedo ver aviones en los que no estuve, al planeta desde arriba, la forma de los continentes. Suena suave una música que podría haber sido Vivaldi pero otra vez olvido todo lo aprendido y no se quien compuso lo que estoy escuchando.


La luz de los autos que pasan me roban el juicio que todavía me quedaba mientras las luces de mi psiquis se apagan.


Creo que me desperté y me encontré con las manos en el pasto arrancándolo, mientras, echada miraba al cielo y esperaba que alguna fiera aparezca para comerme.

Una que no sea yo y que no tenga mi cara pero de nuevo viene mi otro yo, se materializa a mi lado. Dudo del próximo lugar al que me guíe. Pero la sigo hasta que el aire se enrarece mas de lo habitual y el ambiente se vuelve de pantano. Ella va adelante mio y yo la sigo de nuevo pero cuando se da vuelta para corroborar que camine detras de ella, veo sus ojos y no se parecen a los mios. Son ojos de serpiente

Estoy segura de que su lengua tambien lo es.


A esta altura ya no puedo distinguir si lo que me habita es ansiedad, memoria o intuición.- no tengo mas pastillas, me las tomé todas.

Creo que con mis últimas fuerzas me avalanzo sobre ella o sobre mi misma y no quiero entrar en detalles de la forma pero la dejo inerte en el piso, a riesgo de no encontrar la salida y no volver más del otro lado del espejo o del mundo.

No es la primera vez que pasa.

Instinto de autopreservacion lo llamo.


La verdad es que deseaba más morir que a tu piel esa noche. Fue la primera de las veces que te olvidé.




Te perdías en los pasajes de mi cerebro, un fragmento de mi memoria unió tus recuerdos a una foto tuya que guardé. Vos tenías lentes de sol y la boca más hermosa del planeta.


Cada vez menos veía tus ojos.


A quien se le ocurriría enmarcar tus ideas que planean la huida desde que naciste?


Sos mi herida abierta


Nadé mucho para llegar a vos,

pero sellé mi boca con algas para nunca contártelo.


1982 - infinito.



 
 
 

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